
Miles de personas pueden pasar por alto una errata en una frase y aprehenderla (con hache intercalada) como si fuera correcta. El motivo: a veces estamos tan familiarizados con el contexto que no leemos las palabras que están sobre el papel –o en la pantalla, como es el caso–, sino las que deberían estar.
Un ejemplo lo encontramos en este artículo, «La cuenta pendiente de Cristiano», publicado en Marca ayer (9/1/2016) horas antes del estreno del nuevo entrenador del Real Madrid, Zidane, sustituto de Rafa Benítez. Esto es lo que dice el artículo en su último tramo (señalo en rojo el error y adjunto, además, una captura tomada del periódico):