Leyendo la famosa novela Rayuela, de Julio Cortázar, nuestro coloborador y amigo Ernesto Bustos Garrido se ha topado con tres de esos microrrelatos escondidos que tanto nos gustan. Ya sabéis a qué me refiero, a esos textos ultrabreves que forman parte de obras literarias de mayor entidad (novelas, relatos, ensayos) y que a la larga, aunque no fuera la intención del autor, son leídos como microrrelatos independientes. Son, por así decirlo, microrrelatos escritos por casualidad. (La definición “microrrelato escondido” es de Alberto Mangel).