Mely Rodríguez Salgado ha dedicado gran parte de su vida a leer y a escribir. Ha ganado varios concursos literarios y ha publicado un ramillete de libros (Un mundo lejano, El tren de los vagabundos…) en los que abarca con acierto géneros como el microrrelato, el cuento, la novela o el teatro.
En su última obra, En el jardín protector (Letras cascabeleras, 2018), recupera la figura de la madre, “la jardinera que hablaba con las flores”, tal como reza la dedicatoria.
Esa alusión a la Naturaleza, desde el propio título o desde la citada dedicatoria, no es casual, sino un elemento que envuelve toda la historia y que actúa como un personaje más, y no precisamente secundario. En el jardín protector es una novela que bebe mucho de esa naturaleza y que convoca al lector a desarrollar los sentidos (la vista, el olfato, los olores…) mediante menciones a los membrilleros, los vientos, las madreselvas, las enredaderas, el olor a azahar, los arbustos de celindas, las dalias o el disfrute de caminar descalzo por el jardín. Abundan las personalizaciones con elementos como lunas, rosas, etc.
En ese entorno tan florido, la autora reactiva la memoria para componer un friso narrativo sobre la vida pasada junto a una madre entrañable, protectora, que fue tejiendo alrededor de ella un mundo de fantasía por un motivo justificado, que se revela bien avanzado el libro.
Ese jardín convertido en reino está habitado por numerosos personajes imaginarios: una maga, Viento Veloz, la princesa Gladiel, Ácaro (el señor del reino de la sombra), Celia (la soberana del jardín), Adar (rey de “un pueblo pacífico”), la reina Violet, el rey Espino… que tienen su contrapunto en Darío, un hombre de carne y hueso, gran amigo de su madre, a quien por cierto conoció en un curso de floristería, y que, como el personaje-narrador, la tiene bien presente en su memoria.
En el jardín protector narra una historia repleta a su vez de cuentos y leyendas fantásticos. El libro, homenaje a la madre que ya no está, se lee con placer. Resta en su contra que se mueve en una frontera difusa: no podríamos decir abiertamente que sea una historia para adultos, pero tampoco es una narración infantil. Dejémoslo en una novela fantástica para un público de todas las edades.
En el jardín protector, Mely Rodríguez Salgado, Letras Cascabeleras, 2018. Prólogo de Vicente Rodríguez Lázaro e ilustraciones de María Polán.
Francisco Rodríguez Criado es escritor y corrector de estilo.
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