Diana Quer, Cristiano Ronaldo y la mala prensa

plumas estilográficas

Decimos que una persona, un colectivo o una actividad tienen mala prensa cuando cualquier referencia a ellos viene envuelta en una crítica negativa. Aunque ahora la expresión “tener mala prensa” significa “tener mala imagen” o “tener mala reputación” sin necesidad de estar asociada a los medios de comunicación, estos siguen siendo el dedo inquisitorio que puede enviar de por vida a un pobre mortal a la pira de la reprobación social.   

Un ejemplo de personaje público con mala prensa, haga lo que haga, es Cristiano Ronaldo. Da igual que sea uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, da igual que suponga un ejemplo de superación para millones de chicos y chicas, da igual que afrontara la muerte de un padre alcohólico eligiendo el sano camino del deporte, da igual que apoye causas altruistas, da igual que haya donado 165.000 dólares para un centro que lucha contra el cáncer y 83.000 para un niño que necesitaba una neurocirugía… Nada de eso importa. Cristiano Ronaldo es chulo, prepotente, engreído. Y no hay más que hablar.

No vamos a olvidar que él mismo se lo ha puesto fácil a sus detractores con declaraciones inoportunas y censurables, pero aun así es sintomática la impunidad con la que algunos abundan en alimentar su mala prensa.

Hoy mismo he leído en El Mundo un perfil sobre la desaparecida del momento, Diana Quer, titulado “Las otras desapariciones de Diana Quer”. La muchacha, de la que se perdió su pista hace más de veinte días cuando veraneaba con parte de su familia en un pueblo de Galicia, es retratada en el reportaje –y todo hace indicar que con razón– como una niña bien de adolescencia tardía, mala estudiante, casquivana y psicológicamente vulnerable que acostumbra a faltar de casa sin dar señales de vida para así castigar a su madre, con la que mantiene frecuentes y acaloradas disputas. Es propensa a los desencuentros amorosos y demasiado confianzuda, de ahí que quede con hombres a quienes conoce por Internet sin sopesar las consecuencias. (Como le deseo lo mejor a Diana, escribo en presente). 

El redactor de El Mundo va bien, en mi opinión, hasta que llega a este párrafo:

“Diana vivió su relación de amor más traumática con mucha intensidad. El cariño que no encontraba en un domicilio familiar resquebrajado por la ruptura de sus padres siempre lo había buscado en los brazos de los hombres. Normalmente desconocidos y con estética de concursantes del reality Mujeres, hombres y viceversa. Jóvenes fornidos y tatuados, con looks a lo Cristiano Ronaldo y con escaso bagaje académico. Sus discusiones con su madre y con hermana Valeria eran constantes y ella buscaba evadirse con emociones fuertes, con amores imposibles, con vivir el romance a flor de piel de la protagonista de Tres metros sobre el cielo, su película de cabecera”.

Diana Quer
Captura del párrafo analizado

Mientras la Guardia Civil baraja la hipótesis de que Diana Quer se haya fugado con alguno de estos hombres o que incluso haya sido asesinada en sus manos –esperemos que no–, el nombre de Cristiano Ronaldo ya se ha colado en nuestro inconsciente asociado a un tipo de persona en principio poco recomendable.

Un lector avezado podrá darse cuenta del juego macabro e injusto de unir sutilmente a referentes masculinos, peligrosos en potencia, con quien, para empezar, es el mayor goleador de la historia del Real Madrid, un equipo que no es precisamente cualquiera.

Desde aquí le pregunto al redactor: en caso de que a Diana le gusten los hombres bajitos y silenciosos, ¿hubiera puesto como ejemplo a mi admirado Leo Messi? No, ¿verdad? (El futbolista argentino, al contrario que el portugués, tiene buena prensa). ¿Tan difícil hubiera sido definir a ese tipo de hombres sin necesidad de asociarlo a la imagen del futbolista luso? Si dos hombres negros, bien trajeados y con buena presencia timan a una viejecita, ¿es pertinente escribir que los embaucadores se parecían a Obama?

Animo al lector a que elabore sus propias conclusiones.

Mi consejo: no dejéis de leer entre líneas. Puesto que la mala prensa es inevitable, al menos deberíamos poner freno a quienes la practican, a veces de manera sutil, con personas que no se la merecen.

Fuente de la imagen

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¡Nos vemos en el siguiente post sobre corrección de estilo!  ¡No te pierdas los posts anteriores!

Francisco Rodríguez Criado es escritor, corrector de estilo y editor de varios blogs enfocados a la literatura y el lenguaje (Corrección y Estilo, Grandes Libros, Narrativa Breve, Escribir y Corregir, Corrector Literario…).

 

9 comentarios en «Diana Quer, Cristiano Ronaldo y la mala prensa»

  1. Muy buen artículo, Fran. Informa e invita a la reflexión. Leer entre líneas es un ejercicio muy recomendable, lo que sucede es que actualmente somos dianas bombardeadas de información que además no disponen de mucho tiempo para el recreo. Balazos de prensa, radio, tele, internet… y pocos momentos rescatables de la jornada laboral, para la lectura sosegada.

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  2. Hola, Francisco.

    Concuerdo con la advertencia sobre una práctica tan común.
    Aparte, tengo una duda de forma, con el modo del verbo haber, como en donde pones: «¿hubiera puesto como ejemplo…?» y «¿Tan difícil hubiera sido…?». Tengo entendido que lo correcto desde un enfoque sería haber puesto «habría». ¿Qué nos puedes decir al respecto?

    Saludos desde México.

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