Últimamente hemos conocido por la prensa numerosos casos de futbolistas que se han dejado perder. El delito consistía en hacer todo lo posible para que su equipo perdiera el partido a cambio de una cantidad de dinero que ellos cobraban bajo cuerda, esto es, en secreto.
Aquí encontramos dos incorrecciones, la primera, por supuesto, ética, pues el futbolista de turno demuestra nula profesionalidad al defender no los intereses de su equipo sino los del rival. En los amaños de estos partidos pueden estar implicados futbolistas (de campo y porteros), presidentes, entrenadores e incluso árbitros. Una vergüenza, ¿verdad? Como aficionado al deporte rey, lamento este tipo de triquiñuelas que emponzoñan lo que en principio debería ser un digno espectáculo, y que por desgracia se dan también en el seno de las Olimpiadas con otros deportes.
Pero yo hablaba de dos incorrecciones; la segunda, la que más nos atañe en Corrección y Estilo, es lingüística, pues estos deportistas corruptos no se dejan perder sino que se dejan ganar.
Como explica Fundéu, citando al Diccionario de uso del español de América y España, la expresión adecuada es dejarse ganar. El motivo de esta incorrección está posiblemente en mezclar la perífrasis dejarse ganar con perder a propósito. Ambas expresiones son correctas, pero hacer un cóctel con ella genera un híbrido que no conduce a ninguna parte.
Lo ideal sería que los deportistas practicaran el Fair Play (o el juego limpio, en castellano) y jugaran para ganar en vez de para dejarse ganar.
Los aficionados agradeceríamos mucho saber que no estamos presenciando una pantomima.
RECUERDA:
Es correcto: Dejarse ganar y Perder a propósito
Es incorrecto: Dejarse perder
¡Nos vemos en el siguiente post sobre corrección de estilo!
Francisco Rodríguez Criado, escritor, corrector de estilo, profesor de talleres literarios y creador del blog Narrativa Breve. Ha publicado novelas, libros de relatos, obras de teatro y ensayos novelados. Sus minificciones han sido incluidas en algunas de las mejores antologías de relatos y microrrelatos españolas: El cuarto género narrativo. Antología del microrrelato español (1906-2011). Ed. Irene Andrés-Suárez (Cátedra, Madrid, 2012),Velas al viento. Ed. Fernando Valls (Los cuadernos del vigía, Granada, 2010), La quinta dimensión (Universidad de Extremadura, Mérida, 2009), Soplando vidrio y otros estudios sobre el microrrelato español. Ed. Fernando Valls (Páginas de Espuma, Madrid, 2008), Histerias breves (El problema de Yorick, Albacete, 2006), Relatos relámpago (ERE, Mérida, 2006), etcétera. Es autor de El Diario Down, donde narra en primera persona sus experiencias como padre de un bebé con el Síndrome de Down. Los zapatos de Knut Hamsun (De la Luna Libros, 2018) y Hombres, hombrinos, macacos y macaquinos (2020) son sus últimos libro de relatos.

Francisco
Rodríguez Criado
Escritor y corrector de estilo profesional

Exactamente y sin embargo se ha extendido el «dejarse perder», lo cual dice muy poco de nuestros sistemas de enseñanza ya que Periodismo o «Ciencias de la Información» es una carrera de letras y sin embargo aquí tenemos a todos estos periodista y por tanto licenciados (y muchos de ellos, muy conocidos, presumen además de «cuando estaba en la facultad») con la cantinela del «dejarse perder».
Aquí, por lo que se ve, los títulos universitarios se dan en las ferias o algo así, si no, no tiene explicación.