Algo tenemos que reconocerle a García Márquez aparte de sus magníficas novelas y cuentos: la capacidad de irritar a los gramáticos con sus extravagancias lingüísticas. Le bastó la lectura de un par de folios (a lo sumo) para provocarles un soponcio generalizado. Sí, al gremio entero…
A continuación reproduzco el famoso discurso del Nobel colombiano en la apertura del I Congreso Internacional de la Lengua Española, que tuvo lugar en 1997, en Zacatecas (México). A estos dos folios me refería. Subrayo en negritas la parte más difícil de digerir…
Y si encuentro un poco de tiempo uno de estos días subiré al blog la respuesta (acertada, en mi opinión) de Álex Grijelmo, que como buen gramático no opta por simplificar la gramática cambiando ges por jotas sino explicándola lo mejor posible.