Tiendo a pensar que todos tenemos un ramillete de palabras que, por un motivo u otro, escribimos incorrectamente. Y no lo hacemos por desprecio a la lengua o por dejadez, sino por desconocimiento. Estamos tan convencidos de escribirlas como es debido, que cuando alguien nos alerta sobre nuestro error nos cuesta creerlo. Es algo que nos ocurre a todos (o a casi todos), incluidas aquellas personas que tienen un buen nivel de redacción. Obviamente, no me refiero a flagrantes faltas de ortografía (baía en vez de bahía, varco en vez de barco o tiburon en vez de tiburón). No, me refiero a errores menos evidentes que en ocasiones pueden pasar inadvertidos incluso para lectores avezados. Ahora bien, antes o después surge alguien –afortunadamente– que nos abre los ojos.
Opiniones de un corrector de estilo: Dilo de otra manera
Obama se ha sumado al juego del “dilo de otra manera” y pretende subirles los impuestos no a los ricos sino a las “personas de éxito”. Esta moda de emplear nuevas palabras para evitar llamar a las cosas por su nombre no es solo cosa de políticos. Ya no hay cocineros sino restauradores, no son … Sigue leyendo
Ejemplo de Corrección de estilo (1)
Este fragmento requería, en mi opinión, algunos retoques de reescritura. Aunque no abundaran en él incorrecciones llamativas, estaba articulado con una prosa farragosa. Como corrector de estilo he intentado transmitir la misma información que el autor del texto, empleando un lenguaje más llano.
Veamos algunos ejemplos: